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Jesucristo
El hombre más asombroso que jamás vivió


Por Ken Raggio
(Translation by Daniel Lopez)

Compare a Jesús con cualquier otra persona que jamás vivió. ¿Qué es la conclusión? No se comparan. Pues considere estos detalles.

Jesús resucito de los muertos.

No hay hecho más profundo que ese en la historia del ser humano.

¿Hay otro hombre en toda la historia que ha sido el tema de más conversación que Jesucristo? ¿Hay quizás un ser humano semejante? No se encontrara.

Entre todos los reyes y conquistadores de todas las épocas, ni un nombre supera el nombre de Jesucristo.

No se comparan los Faraones de Egipto, el Hammurabi de Mesopotamia, o Nabucodonosor de Babilonia. Tampoco los del África, ni los del medio oriente.

Mahoma ha ejercido influencia sobre millones, pero Jesús sobre miles de millones.

En el Oriente, había los sabios: el Buda, Tao y Confucio. Más ellos no se conocen tanto en el mundo occidental.

¿Y que de los grandes conquistadores de la edad media? ¿Alejandro Magno, los mongoles o Napoleón?

¿Y de los filósofos: Sócrates, Platón, Aristóteles? ¿O los científicos: Newton el teorizante, o Arquímedes el físico, o Albert Einstein, Thomas Edison, o Benjamín Franklin?

Ni los déspotas más famosos como Marx, Lenin, Stalin, Mussolini o Hitler han impactado la vida de tantos como Jesús.

No hay Cesar, Zar, Emperador, Rey o Presidente que ha cambiado al mundo tan profundamente como aquel nazareno.

Y con razón. No ha habido hombre tal como El.

El era más que un hombre. Era Dios mismo manifestado en la carne. Y para los que dudan, hay hechos empíricos que demandan un veredicto.

De acuerdo a los testimonios y observaciones de más de mil testigos, cientos de discípulos, y muchos escritores e historiadores, Jesucristo era la persona más extraordinaria que camino sobre la tierra, desde antes y después.

El hecho más abrumador en la atracción universal de Jesús es que El tenia poder y autoridad incomprensible. Mientras ha habido miles de personas significantes en la historia de nuestra civilización, lo más que se puede decir de ellos es que eran geniales, o carismáticos, o poseían talento o habilidad arriba de lo natural dentro de lo que hacían. A pesar de los grandes conquistadores y héroes militares, Jesucristo mostro poderes sobrenaturales nunca antes visto en algún otro hombre.

Desde el primer milagro en Canaa en Galilea donde silenciosamente transformo las vasijas de agua en vino, hasta el momento que ascendió al cielo misteriosamente, acompañado por ángeles, se puede declarar con la mayor sinceridad, que nunca hubo tal hombre como este.

Mas profecías lo predijeron que a otros hombres

Circunstancias inexplicables causaron su nacimiento de una virgen. Desde cientos de años, muchos profetas pronosticaron su apariencia. Se puede decir que prácticamente todo lo que sabemos de Él es sobrenatural.

El lugar de su nacimiento se predijo que sería Belén.
El lugar de su niñez se predijo que sería Nazaret.
El lugar de asilo se predijo que sería Egipto.
Su nacimiento se profetizo que sería de una virgen.
El año de su nacimiento fue calculado en los días del profeta Daniel.
Su linaje fue anunciado 2.500 años antes.
Fue la simiente de Abraham, Isaac, y Jacob.
Sería el heredero del trono de David.

El fue llamado un pastor y oveja, un Padre e Hijo, el agua y el pan de vida, un profeta como Moisés, un sacerdote como Aarón, un Rey como David.

Se predijo que sería traicionado por un amigo, vendido por treinta piezas de plata, llevado como oveja a la matanza, azotado con látigo, duraría tres días en la tumba, y resucitaría de los muertos.

Jesús era hombre de milagros sin precedente

Pero aquellos son solo pocas de las cosas sobrenaturales que marco a Jesús indeleblemente en las mentes de miles y miles de millones de personas que siguieron tras de Él.

Jesús pudo y limpio a leprosos de sus llagas. Causo que lo ciegos pudieran ver. Abrió los oídos de los sordos, levanto a los cojos, y sano las enfermedades de las multitudes. Los saco de sus maldiciones y lleno sus corazones de paz y tranquilidad y amor como nadie antes lo había experimentado.

Nos convendría tomar el tiempo hoy mismo para contemplar lo impresionante de Jesucristo. Nos hacemos daño cuando permitimos que nuestros corazones lo rechacen por incredulidad.

Ciertamente es un desafortunado capricho del ser humano que nos causa a rechazar verdades tan profundas que demandan contemplación. Nos tardaríamos el resto de nuestras vidas meditando en todas las cosas notables que hizo Jesús, y ponerlas en perspectiva. Por ejemplo, cualquier de los milagros o fenómenos que sabemos de Él.

La mera existencia de Jesús fue un milagro.

Su nacimiento de una virgen – la contamos vez tras vez durante la navidad. ¿Pero hacemos de menos el milagro de este nacimiento? ¿Le damos más consideración a Santa Claus y a sus venados que al mismo Señor Jesús? Creo que es el caso.

¿Y que de su milagrosa resurrección de los muertos? Cada año mencionamos su resurrección de los muertos. ¿Pero nos ponemos a meditar en el hecho que Jesús es Dios, o ponemos más atención al conejo de la pascua y la búsqueda de huevos? Este es el caso.

Ahora, medite esto por un momento. Piense de su nacimiento de una virgen. La madre de Jesús nunca había conocido a un hombre. Piense de la conversión del agua en vino. ¿Cómo pudo hacer eso? Piense del leproso que sano. Piense del ciego que vio. El brazo seco. El hombre paralizado. El caso de la mujer con flujo de sangre. La hija de Jario. El sirviente del centurión. Y Lázaro.

Su resurrección es incomprensible

Vamos a imaginar estar en la tumba con Su cadáver por tres días. Imagínese ver un cuerpo sin vida acostado sobre una cama de piedra. Mire las hormigas e insectos andar sobre su ropa y cuerpo. Piense de lo frio y duro de un cuerpo de hombre sin vida. Su sangre sin circulación porque su corazón no palpita. No hay pensamientos en su cabeza porque su mente está muerta. No hay movimiento en sus manos o pies porque en El no hay vida. No ve. Ni escucha. Esta completamente muerto. Y sigue así por la primera tarde y noche. Por la segunda tarde y noche. Y también por la tercera tarde y noche.

Pero en el cuarto día, cuando sale el sol, la cosa más asombrosa sucede. Se empieza a mover. Sus manos y pies empiezan a moverse. Su cabeza se levanta de esa cama de piedra. La ropa con la que lo cubrieron empieza a aflojarse. Sus hombros se levantan. Sus rodillas se doblan. Sus piernas se mueven y se postra de pies. Se baja de la cama y empieza a librarse de las telas.

Nadie está con el mas sus ángeles. El jardinero aun no ha llegado. El sol acaba de salir. Se pasea por el jardín, se para en las sombras refrescantes de los arboles por el camino donde María y Marta vienen.

Multitud de testigos cuentan de su resurrección

Lo ven y lo equivocan por el jardinero, porque no esperan su resurrección. Pero Jesús le hablara primero a María. Testificaran después de la asombrosa realidad que Jesús ha resucitado de los muertos.

Luego, el mismo día, Juan y Marcos se encontraran con El en el camino. Se aparecerá en la hora de la cena en el cuarto donde Sus discípulos se juntan. Y por cuarenta días, más de 500 personas testificaran que lo han visto vivo. Finalmente, sus discípulos se pararan junto a Él en el monte Moría cuando las nubes empiezan a juntarse alrededor de Él y lo elevan a la presencia de sus ángeles. Y hablando de las nubes, sus ángeles les dicen que regresara en manera similar.

Los hechos innegables de la historia de Jesús manejan estacas por el corazón de la incredulidad. Desafía el razonamiento del escéptico. Y enfrentan a los incrédulos que niegan que Dios existe. Por 4.000 años hasta la fecha, el Dios de Abraham ha orquestado un drama sin equivalente durante la historia del ser humano. Y comprueba vez tras vez que nadie lo detendrá.

El manda y reina por siempre sobre los asuntos de los hombres Un día pronto, El regresara en la misma manera gloriosa que se fue. Mas esta vez no habrá duda que El es Rey de Reyes y Señor de Señores. Tomara control de Jerusalén y eliminara a sus adversarios. Toda rodilla se doblara y toda lengua confesara que El es Señor.

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